Dentro de las lecturas de confinamiento, he desempolvado a Ralph Waldo Emerson, un personaje que llamó mi atención por su inteligencia, su capacidad de redacción pero sobre todo por el giro que tomó su vida luego de la muerte de su esposa Ellen Tucker por tuberculosis.
Esta muerte llevó a Waldo Emerson a adentrarse en la filosofía, en la religión y en otros aspectos que permitieron ese crecimiento que sólo sus publicaciones pueden demostrar. No sólo logró inspirar a Henry David Thoreau, al periodista, en ese tiempo, Walt Whitman y a Emily Dickinson sino que también fue el escogido para brindar elogio (eulogia) en el entierro de Abraham Lincoln al igual que en la muerte de Thoreau. Sólo basta con buscar el Cuarteto de Concord, para entender el impacto de Emerson en aquellos que lo rodeaban (sugiero leer este libro).
La muerte sería una constante en la vida de Emerson, lo cual provoca que sus lecturas consten de un idealismo o como lo señalaría él, un trascendentalismo, que hoy nos coloca la mesa para la siguiente discusión. (Recomiendo leer la biografía de Emerson)
Los principios de Emerson
Los principios de Emerson se convirtieron en sus convicciones para el resto de su vida. Escritos alrededor de 1833, a la bella edad de los 30 años, habiendo ya muerto su padre a sus ocho años, habiendo graduado de Harvard, siendo ministro en Boston, enterrando a su esposa dos años antes y en el comienzo de su búsqueda espiritual. Señalo lo anterior para destacar la resiliencia de Emerson, porque nos muestra que en los momentos más oscuros, es el momento donde debemos aferrarnos a principios que nos guíen en la turbulencia, como un compás guía al explorador en terrenos desconocidos.
Principio 1:
Todo lo que necesitamos para orientación en la vida, ya lo tenemos dentro de nosotros mismos. La razón y la conciencia nos dicen que hacer y qué evitar.
Interpretación:
Emerson nos invita a buscar la orientación hacia adentro, no hacia afuera. No es coincidencia que leyera los estoicos, quienes frecuentemente insisten que lo externo esta fuera del control. En esta pandemia, buscar respuestas fuera de nosotros mismos pueden desviar nuestra conciencia evitando la discusión constructiva y llevándola hacia emociones equívocas. Lo que Emerson nos aconseja es el utilizar nuestra razón y nuestra conciencia, saber que es lo correcto para nosotros de acuerdo a nuestra moral, ética y capacidad de manejo de situaciones y actuar conforme a nosotros.
Este consejo es vital porque en una crisis o en una pandemia, el exceso de información se convierte en una forma de guiar al ser humano. Es por ello que se recomienda aplicar la distancia social al social media (un excelente artículo aquí), porque como diría Ortega y Gasset, no podemos guiarnos siendo un hombre masa, no podemos sacrificar nuestra individualidad buscando respuestas en lo colectivo cuando estas se encuentran en lo individual.
Principio 2:
Somos responsables de nuestras propias vidas. Las circunstancias y eventos de nuestras vidas no importan tanto como lo que hacemos con esas circunstancias y eventos. La única persona que realmente puede lastimarte, es decir, hacerte una persona peor, eres tú mismo.
Interpretación:
La belleza de ser hombres y mujeres libres es que podemos ser responsables de nuestros actos. Bien señalaba Mandela que podían encarcelarlo pero no podrían quitarle su libertad. La libertad tiene una unión con la responsabilidad y sólo nosotros podemos ser responsables de nuestro dolor. Permítame, querido lector, extenderme en este concepto.
La propuesta de Emerson establece que sólo podemos ser lastimados por nosotros mismos debido a que esto se basa en nuestras impresiones. Epíteto mencionaba sobre la muerte de un ser querido, ya que había perdido a un hijo, que es un acto de retribución. Que aquellos que están con nosotros al morir regresa de dónde vinieron y por ende puede verse con agradecimiento más que sumirse en el dolor. Pero la idea también se complementa con la visión budista sobre el sufrimiento, que este es opcional.
Sólo nosotros, como humanos podemos escoger sufrir. El dolor es real, pero el sufrimiento necesita una narrativa. Esta paradoja puede utilizarse para la felicidad, la felicidad busca una narrativa. En esta pandemia están quienes son felices con lo que tienen y la oportunidad del hoy, y quienes son infelices por lo que no tienen y el miedo del mañana.
Cuando menciona las circunstancias, Emerson se refiere a lo que en filosofía puede ser encajado como externalidades. Una externalidad es, valga la redundancia, externa e independiente de nosotros. No tenemos control sobre ella, por lo que tendríamos que crear una narrativa para encontrar el efecto que esta puede tener en nosotros.
Conclusion del principio I y II
En esta pandemia, podemos concentrarnos en las estadísticas, en la segunda ola, en las ineficiencias gubernamentales y tantos otros temas que no permitirán cumplir con el primer principio ni con el segundo. Crearán sufrimiento al observar un callejón sin salida, un túnel que no termina, y de pronto así se va la vida, en preocupaciones.
La vida está sucediendo ahora, en casa, en el trabajo, con las condiciones actuales. Buscar hacer lo correcto no es un tema de circunstancias sino de moral, del compás interno que nos guía a cada uno de nosotros. No suframos cuando no es necesario, habrá una respuesta en este mundo de velos, que como mencionaba Hegel, se revelará uno tras otro sin nuestra capacidad de predecirlo.
Busquemos dentro de nosotros las respuestas a esta pandemia. Busquemos cómo reaccionaremos nosotros, como podemos construir nosotros, cómo podemos ayudar nosotros. Como los grandes artistas, al momento de crear una obra maestra son sus lienzos y ellos. No podemos concentrarnos en los críticos cómo Hemingway al final de su carrera. No podemos centrarnos en la falta de esperanza de otros para ceder la nuestra. No perdamos nuestro individualismo que es el mayor regalo que se nos ha dado.
En la siguiente edición, principios III y IV
Un comentario en “Principios de Emerson para la Covid-19 — Principio I y II”