Dicen que uno es el promedio de las 5 personas con las que pasa la mayor parte del tiempo y esto me ha hecho pensar en las personas a mi alrededor. De hecho, el título de esta columna comienza con una pregunta de una persona que ha estado a mi alrededor por mucho tiempo y cuya sabiduría es inalcanzable pero accesible.
Y es que la pregunta se basa en los límites que nos ponemos al momento de analizar el futuro y de avanzar. En temas filosóficos, la pregunta recalca la búsqueda de la esperanza y de la fe en aquello que compone nuestra vida. ¿Por qué?
Lo primero, no sabemos que nos depara el futuro. Elaboramos nuestros propios planes, metas, Gantts y otros instrumentos para saber que sucederá y sin embargo esto puede cambiar. Esto nos lleva al primer cero. El primer cerco es la falta de adaptabilidad a las circuntancias.
Nos ponemos un cerco que no nos permite adaptarnos. Comenzamos a repetir las frases clásicas como no tengo la capacidad, no tengo conocimiento, no puedo, tengo miedo, no se cómo hacerlo. Y es por ello que tenemos este afán por el control del que hablaba Epíteto ya hace varios años y porque la invitación en la espiritualidad es a saber que está en nuestras manos y que no. Como diría una segunda persona sabia de mi vida El Que Hace Todo Lo Que Puede No Está Obligado A Hacer Nada Más. Pero recae la pregunta a: ¿Cuánto es suficiente? Sin embargo, no nos adaptamos y allí están las historias de tanto negocio fallido, tanto talento desperdiciado y tantas vidas que no pudieron ver su potencial por falta de adaptabilidad.
Por supuesto que adaptarse no es sencillo, sin embargo es parte de nuestra naturaleza. La vez pasada leí que las plantas como el chile pican porque es su mecanismo de adaptarse al entorno. Esto me hizo pensar en el arbol que se tuerce para buscar el sol. La planta que crece sobre el concreto. Los ríos que buscan nuevas vías. Los animales que migran. Probablemente no sea fácil para ellos el adaptarse para estar mejor, sin embargo nuestra naturaleza ha buscado siempre que nos adaptemos y esa es la historia de todo lo viviente en esta tierra. Entonces, ¿cómo rompo este cerco? Aceptando que el cambio es inevitable. Que el único que evita el cambio es cada uno de nosotros. Que hacemos un esfuerzo para evitar el cambio porque si aceptamos la circunstancias y seguimos para adelante, el esfuerzo es menor a tratar de cambiar la situación y controlar lo incontrolable. En una frase, es como tratar de controlar un huracán.
La pregunta aquí es, ¿qué harías mejor si aceptaras el cambio? Cuánto crecería el lugar donde puedes ser una mejor persona, dónde puedes crecer, dónde puedes mejorar, dónde puedes ser más feliz si tan sólo quitas este cerco. ¿Cuán mejor puede ser tu vida?
Y es que, en la filosofía estóica, una de las invitaciones es que el obstáculo es el camino (frase de Marco Aurelio). Es decir, aquelo que no quiero es la solución para lo que quiero. Suena contradictorio pero es el caso de una persona que toma la pandemia para convertirse mejor sabiendo que esta pandemia fue y ha sido un obstáculo y que propone el reto de ser o no una mejor persona. Es la persona que busca seguir adelante a pesar de tener deudas porque sabe que si sale de deudas su vida cambiará y mejorará. Es la persona que se levanta, trabaja y trabaja en él o en ella sabiendo que existen oportunidades que no dependen de ellos pero que todo se trata de estar preparados.
Así que, ¿vas a quitar el cerco?
El ser humano, es una especie increíble. Pero va a depender de cada individuo el desarrollo de sí mismo, hay muchls factores (espacio, familia, valores, principios, exigencias, sueños, etc.) todos somos diferentes. La decisión de quitarse el cero va a depender de uno, y será la necesidad de salir adelante y luchar por los objetivos planificados como la realización de alcanzar y lograr los sueños.
Puede existir una coerción hacía el individuo para que salga de zona de confort pero si este realmente quiere quedarse ahí, por mas que se haga lo imposible ahí se quedará.
La importancia de cuestionarse es lo mejor que podemos hacer para que las ideas sobresalgan y esto nos llevará a visualizar muchos escenarios y ver la vida desde otra perspectiva.
La decisión de quitarse el cero sólo dependerá de cada persona.
Pero en lo personal no quiero quedarme en un espacio donde no cree valor y no me exiga constantemente para aprender y desaparecer para ser más resistente y lograr todas mis metas y sueños. Por lo tanto, yo ya me quite el cero.
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