Meditación 2: ¿Para quién quieres tu vida financiera?

Antes de poder abordar el cómo tenemos esta siguientes pregunta: ¿Para quién? Y que como pudimos ver anteriormente, nuestra decisiones son sociales y es difícil evitar. Tomamos en cuenta cuando nos inscribimos a un gimnasio en enero y lo hacemos para ir al verano con un cuerpo de modelo. Sin embargo, pasa el verano, y los gimnasios se vacían. ¿Para quién queremos tener un buen cuerpo? Esto es sin duda una de las preguntas que también nos hacemos financieramente.

¿Qué quieres financieramente para ti? Sí tu objetivo es la fama, si tu objetivo es ser envidiado o incluso ser visto por aquellos que nunca te verían, entonces tu objetivo dependerá de las demás personas. Para los estoicos esto era uno de los mayores problemas, porque compromete al individuo, tanto en sus ideas como en sus acciones. Para los estoicos se podía dividir la aceptación de otros en dos: elogio y fama. Vamos a abordar cada uno de ellos para poder determinar cómo estas afectan nuestras decisiones financieras.

Comencemos por el elogio. Para entender el elogio debemos aceptar que las opiniones de otros se basan en una convención social. Una vez estuve en una discusión con Ricardo Rojas, juez de lo criminal en Buenos Aires, discutiendo la libertad y la ética. En su libro sobre la libertad el discutía que las sociedades se encontraban compuestas por una escala de valores que es equivalente al promedio de lo que las personas aceptan. En este caso, lo que hoy se elogia es el promedio de lo que como sociedad, en conjunto pensamos que debe de elogiarse. Es aquí donde una pregunta salta a nuestra atención y es: ¿por qué quieres el elogio? Pregúntate, ¿qué pasa si la convención social está equivocada? Pregúntate: ¿Qué pasa si no estoy incluido en la convención social? Si recuerdas tu clase de estadística, el promedio de la convención social significa que existen extremos y puede ser que no seas parte de la media sino de los valores atípicos.

En el momento que vivimos hoy, con un nivel de deudas que sobrepasa el entendimiento, cuyas aspiraciones se sitúan en lo físico y en lo financiero, cabe preguntarse si es real la convención. Tomemos en cuenta la visión sobre lo físico. La convención social se ha estandarizado en cuerpos estilizados marcados por la altura y por su atractivo. Uno pensaría que convencionalmente, la sociedad estaría guiándose hacia tener un cuerpo estilizado y sano. Sin embargo, desde 1975 al 2016 se triplicó la obesidad. Aproximadamente 30% de la población mundial es obesa, y sin embargo, sólo hay que ingresar a las redes sociales y observar que el mensaje es otro. Es una simple muestra que la convención social está equivocada y que nos obliga a pensar si lo que queremos que nos elogien es realmente lo que buscamos.

Cuando este tema se trata en una sesión, siempre acudo a uno de mis libros favoritos. Siempre es un consuelo leer El Club de Pelea de Chuck Palahniuk. En el libro, llega un momento donde Tyler Durden explica el problema con el consumismo:

«No eres tu trabajo, no eres el dinero que tienes en el banco. No eres el coche que conduces. No eres el contenido de tu cartera. No eres tus malditos caquis». Club de Pelea, Chuck Palahniuk

Lo que nos está diciendo Chuck Palahniuk es que lo que por convención buscamos como una forma de elogio puede llevarnos a perder nuestra individualidad. Un ejemplo es pensar que todos, en este mundo, queremos ser millonarios, billonarios o multimillonarios. Algunos sólo quieren encontrar al amor de su vida, otros sólo quieren tener una hora más con la persona que aman antes de que se muera y otros sólo quieren volver a abrazar a su hijo. Pero por convención social, podemos perdernos de todo esto persiguiendo un sueño que, probablemente no sea nuestro. Eso sí, si es tu sueño ser millonario, billonario o multimillonario por favor persíguelo. Mi único objetivo es que puedas reflexionar si realmente es lo que quieres.

Cuando se nos habla de que no somos nuestro trabajo también podría ser nuestra profesión. Una vez escuché que culturalmente existen cuatro profesiones siendo estas médico, abogado, financiero y los otros. Imagínate querer ser un artista, un escritor, un carpintero y no caer dentro de estas categorías. ¿Qué sucede si no quieres seguir este camino? Qué sucede si realmente no eres tu trabajo. Al final el trabajo continuará después de ti. Al final el puesto continuará después de ti. La única variable que cambia eres tú y es la única razón por la que un puesto puede cambiar: es lo que tu hagas en él.

Por eso existe un duelo cuando alguien es despedido de su posición porque su identidad se basa en ser CEO, ser director, ser CFO o ser miembro de la prestigiosa compañía X. Realmente somos mucho más que un puesto, sería triste que con tanto talento nos perdiéramos en ser una placa encima del escritorio. Todos los días debemos recordarnos que somos más.

Es aquí donde en las sesiones explico el ejercicio de la mano. El ejercicio de la mano es sencillo, tus dedos representan las actividades que realizas en tu vida. Por ejemplo, eres hijo, eres padre, eres hermano, eres empleado, eres emprendedor, eres artista y tantas otras actividades. La palma de tu mano eres simplemente tú. El valor de tu persona está en esta simpleza, en todas las actividades que puedes desarrollar y todas las personas que puedes impactar. Los trabajos podrán ir y venir, sin embargo tu serás siempre tu y eso es valioso en todos los sentidos. Si pensamos estadísticamente, la probabilidad que te encuentres vivo, leyendo este libro, tratando de cambiar tu visión sobre el mundo es altamente improbable. Es por ello por lo que estadísticamente eres importante, porque en este mundo pareciera que nada ocurre por accidente, recuerda esto cuando pierdas el elogio de los demás. Tu vales por lo que eres no por lo que haces.

Ahora bien, escoge no poner tu valor y el elogio de los demás en un trabajo o en tu cuenta de banco. ¿Por qué? Por al final puedes perder ambos. Un banco puede quebrar y tu puedes perder tu dinero. Puedes perder tu dinero al ser estafado. Puedes perder tu dinero por un robo. Puedes escoger sacrificar tu dinero por la vida de otros. Pregúntate: ¿Realmente el dinero está en tu control? En términos generales, no, no lo está. Sin embargo, lo que si está en tu control es como lo ganas y como lo gastas, lo demás debes dejarlo fuera de tus manos porque realmente está ahí. Tantos ejemplos existen en la historia y en la vida de personas que tenían exceso de dinero y eran rodeados por amigos y de repente pierden el dinero y pierden los amigos. Si alguien te va a elogiar, que sea, en todo caso por tu ser.

Los estoicos nos recuerdan que debemos tener cuidado con el elogio. Primero, porque somos efímeros y seremos olvidados. Las leyendas mueren. Los líderes terminan siendo olvidados. Las personas terminan siendo remplazadas en sus trabajos. Las personas terminan siendo olvidadas independientemente de su dinero. Esto no es un mensaje depresivo, sino una llamada para despertarte y pensar dónde no eres remplazable.

Piensa en dónde no eres remplazable. ¿Eres remplazable para tus padres? No. ¿Eres remplazable para tu pareja? No. ¿Eres remplazable para tus hijos? No. Recuerda esto, porque muchas veces sacrificamos donde somos remplazables y descuidamos donde no lo somos. Muchas veces lo hacemos por elogio, por el elogio de nuestros colaboradores, de nuestros jefes, de nuestros amigos. Recuerda quien, al final de tu vida estará allí, porque vale la pena hacer inversiones sociales rentables. Invierte en quienes estarán al final de tu vida contigo. En las palabras de Marco Aurelio:

Alguien me desprecia. Ese es su problema. El mío: no hacer ni decir nada despreciable. Alguien me odia. Ese es su problema. El mío: ser paciente y alegre con todos, incluidos ellos. (Meditaciones, 7.13).[1]

Y es que no serás moneda de oro para agradarle a todos. En la teología esto es algo discutido a profundidad. Cuida quien te elogia, cuida a quien escuchas, cuida a quien le das el poder sobre ti mismo. Porque si obvias esto, puede ser que estes viviendo una vida financiera que no sea la tuya sino que te encuentras viviéndola para los demás.

¿Cuál es el consejo aquí? Tu vida financiera tiene que ser para ti mismo. Si te sientes bien con un traje de tres piezas, si te sientes bien en tu vestido negro, si te sientes bien en unos shorts y una camiseta, entonces eso es lo que deberías de buscar. Cuando gastas tu dinero, gástalo con propósito, no en aquello que te arrepentirás de haberlo comprado a los diez minutos después de salir de la tienda. Piensa de esta manera y tus gastos tendrán sentidos así como tu vida financiera.

El segundo tema es un tema complejo. Si yo pudiera escribir este libro sin nombre, si pudiera colocarme encima de mí un casco como Daft Punk y si pudiera no verme en videos, lo haría completamente. Sin embargo, creo que dar la cara es algo importante sobre todo cuando se discuten ideas. Entonces: ¿por qué no me gustaría aparecer? Porque sé que la fama es lo más destructivo que existe en nuestros tiempos. Se pierden personas que llegan a la fama, se pierden personas que quieren alcanzar la fama, se pierden personas sólo por la idea de la fama.

Cuando Alan Moore, escritor de Watchman habla sobre la fama, la describe de una manera que para mí cambió lo que pensaba de ella. Es una idea estoica la que existe detrás de las palabras de Moore pero creo que, más allá de cualquier filósofo, Moore la describe con claridad:

La fama, en la manera en que la comprendemos, no existía previo al siglo XX. Anteriormente, en eras previas, si eras realmente conocido y tal vez te conocían mil personas a menos que fueras el Papa. En el siglo XX, sin embargo, a través del crecimiento de la comunicación un tipo de diferente de fama pudo ser posible. Pienso que lo que ha hecho la fama es que ha remplazado el mar como elemento de elección de aventura para la gente joven. Si eras un hombre en el siglo XIX probablemente te irías hacia el mar. En el siglo XX buscarías huir y hacer una banda pop. En el siglo XIX tendrías algún entendimiento del elemento que tendrías que afrontar y tal vez aprenderías a nadar. El tema es que no existe un manual para lidiar con la fama. Entonces encontrarás a una persona joven, agradable, que ha hecho una buena película, un buen libro, un buen libro gráfico, que se le dice que son unos genios y que se lo cree. Y que va corriendo, riéndose y siendo feliz entre las ondas de las celebridades y que luego termina muerto empapado de heroína…Me di cuenta de que las celebridades son una industria, son un producto…porque los medios necesitan una celebridad constante para poder crecer…y debido a que las celebridades se queman rápidamente se tienen que crear nuevas y yo no quería ser parte de este proceso. (Alan Moore, Watchmen)[2]

Es curioso que aquellos que se encuentran en el status de celebridades lo que quieren es desaparecer de ello como sucedió recientemente con Jim Carrey o Alan Moore. Esto nos obliga a pensar: ¿por qué? La persona que es celebridad expone su vida a los otros con el único objetivo de agradarles. Está a merced de los demás que olvidan, usualmente que es una persona. Terminan siendo criticados en las redes sociales por lo que si dijeron y por lo que no dijeron cuando escuchamos y vemos opiniones como estas todo el tiempo alrededor de nosotros pero para ellos, es que son celebridades. Son criticados independientemente lo que hagan y hay quienes justifican su actuar hacia ellos con el simple hecho de marcar que es el precio de la fama. ¿Es esto lo que buscas?

Y es que financieramente, ahora que se puede acceder a el público a través de una red social, la visión de muchos jóvenes y adultos es la de publicar su vida en las redes como si fuesen celebridades. Luego terminan siendo criticados de una manera, que como lo decía Obama, se confunde con activismo político el escribir en una red social y pensar que se ha realizado un cambio. Esto lleva a una distorsión de la realidad, a pensar que no eres valioso, que no le importas a otros, que el mundo te odia. Lo anterior ha llevado a que esta distorsión se manifieste en la vida de jóvenes y adultos en problemas alimenticios, en exposición innecesaria y entre tantas otras consecuencias menos agradables. De nuevo, ¿esto es lo que buscas?

¿Qué pasaría si la única manera que alguien supiera de tu vida es por lo que tu decides escribir? Es esto lo que los estoicos buscan y lo que debemos buscar en nuestras propias finanzas personales. Esto porque al momento de vendernos en las redes sociales podemos también exponer a estos comentarios a nuestros hijos o a los más pequeños alrededor nuestro y si hemos visto cual es la reacción social debemos de pensar profundamente si es un lugar dónde quisiéramos que un niño estuviera. Aquí la fama, para Marco Aurelio mencionaba que el éxito es una satisfacción interior, es una satisfacción hacia nuestro ser. Nos pregunta que si hemos trabajado para ayudar a otro y el otro se ha beneficiado porqué quisiéramos agregarle la noción que nos deben un favor o que nos elogien por nuestra buena acción. Marco Aurelio lo resumía que el trabajo era ser un buen hombre y nos invitaba a no discutir sino a actuar como uno. Nos recordaba que ayudar al prójimo, el hacer lo correcto, es ayudar a otros es parte del trabajo y no necesitamos ni fama ni elogio para poder lograrlo o hacerlo.

Los estoicos siempre invitaron a evitar la fama y enfocarnos en hacer lo correcto. Si lo correcto es trabajar por darle una mejor educación a nuestros hijos a costa de no poder renovar carro cada cinco años o viajar todos los años a un destino paradisiaco entonces es lo correcto si así tu lo determinas. Si lo correcto es dar parte de tu dinero para ayudar a los otros y esto te limita de su propios gustos entonces es la decisión correcta. La decisión correcta está basada en tu esquema moral, no en el social. Está basado en lo que puedes hacer no sólo por ti mismo sino también por el prójimo. Estamos llamados a embellecer este mundo a través de nuestras acciones, a través de la admisión de nuestros errores, a través de aceptar que nadie es perfecto pero que podemos todos los días buscar la perfección.

Así mismo, Marco Aurelio nos recordaba del presente porque al final de los tiempos seremos olvidados luego de muertos. Por ende, en las tradiciones del día de los muertos se colocan fotos de aquellos que han dejado y se cuentan historias para que no sean olvidados. Curiosamente esto es hecho dentro de la familia. ¿Por qué? Porque aquí cada miembro es irremplazable.

Entonces, ¿Para quién quieres tu vida financiera? ¿La quieres para el elogio? ¿La quieres para la fama? Tú decides el camino pero si algo hemos logrado entender hasta este momento es que ninguno de estos caminos es noble. Este cambio tiene que ser para ti y para los que amas. Puede ser que la situación en la que te encuentras se deba a que querías elogio por las marcas que usabas, por los productos que consumías o por los viajes a los que ibas. Puede ser que en la búsqueda de tu fama, como Ícaro, se te derritieron las alas y caíste al suelo. Y es que cuando hablamos de fama no tenemos que hablar una fama mundial, puede ser simplemente la fama que tenías en tu salón de clase, en el trabajo o con tus amigos. La fama puede ser algo pequeño como algo grande, pero para ambos casos a quien le interesa la fama suele afectar.

Así que: ¿Para quién harás esto? ¿Lo harás por ti? Si es así, entonces podemos seguir hacia la siguiente pregunta sobre el cómo lograr esta vida financiera que te llevará a tomar decisiones que te den paz a ti, que te hagan feliz a ti y que te guíen hacia la vida que tu quieres. No más pretender que necesitas algo porque todos lo tienen, no más buscar el valor de tu persona en lo que llevas encima. No más el confundir precio con valor.

Y es que Séneca recordaba que si abriéramos los corazones de los ricos entenderíamos los grandes temores de las altas fortunas. Esto porque a más dinero usualmente existen mayores problemas. Pensemos en una vida sencilla con pocos objetos. Esta manera sencilla lleva a que sea simple para nosotros el tener control sobre cada uno de ellos, darle el mantenimiento adecuado y apreciarlo en el momento que lo utilicemos. Ahora pensemos en una vida con exceso donde no sabemos a que debemos de darle mantenimiento, o la ropa que se percudió porque no sabíamos que la había comprador. Imaginemos una vida sencilla, que no tiene que ser una vida sin riqueza ni sin dinero, sino una vida en que lo que está en nuestro control es más fácil de controlar.

Al momento de pensar el para qué me gusta dar una historia a leer a quienes están buscando un cambio. Es una historia que mi madre me leyó de niño y que nunca dejó mi mente. En el libro encontraremos varias historias que nos ayudarán a entender mejor la toma de decisiones. Uno de ellos es la historia del Rey Midas, un mito de hace más de dos mil años que nos enseña una importante lección financiera. Aprenderemos con esta historia que el para quien es importante aún dos mil años después.

La historia del Rey Midas[3]

Había una vez un rey muy bueno que se llamaba Midas.

Sólo que tenía un defecto: que quería tener para él todo el oro del mundo.

Un día el rey Midas le hizo un favor al dios Dionisos, cuido de una persona de su séquito con mucha amabilidad. Y Dionisos agradecido le dijo:

– Lo que me pidas, te concederé.

– Quiero que se convierta en oro todo lo que toque – dijo Midas.

– ¡Qué deseo más absurdo, Midas! Eso puede traerte problemas. Piénsalo, Midas, piénsalo.

– Eso es lo único que quiero.

– Así sea, pues – dijo el dios.

Y fueron convirtiéndose en oro los vestidos que llevaba Midas, una rama que tocó, las puertas de su casa. Hasta el perro que salió a saludarlo se convirtió en una estatua de oro.

Y Midas comenzó a preocuparse. Lo más grave fue que cuando quiso comer, porque todos los alimentos se volvieron de oro. Entonces Midas no aguantó más. Estaba a punto de morir porque ni siquiera podía comer. Salió corriendo espantado en busca de Dionisos.

– Te lo dije, Midas – sentenció el dios Dionisos-, te lo dije. Te has comportado como un estúpido. Si quieres salvar tu vida, báñate en la fuente donde nace el río Pactolo, y perderás al instante el don que te di. 

Midas corrió hasta el río y se hundió en sus aguas. Así estuvo un buen rato. Luego salió con bastante miedo. Las ramas del árbol que tocó adrede siguieron verdes y frescas.

¡Midas era libre! Desde entonces el rey vivió en una choza que él mismo construyó en el bosque. Y ahí murió tranquilo como el campesino más humilde.

Y sí, esa también es la razón por la que hay tanto oro en las arenas del río Pactolo, porque allí fue donde se bañó el alocado rey Midas para dejar de ser el rey más rico del mundo, y también el más desdichado.

FIN

La historia de Midas tiene varias versiones, existe una en que a quien toca es a su hija y es allí donde recapacita. Cada una de las historias invita a recapacitar sobre para que queramos tomar decisiones financieras en nuestra vida. A veces no es por fama ni gloria, a veces es simplemente por avaricia. A veces queremos tener dinero sólo por tenerlo. ¿Para qué quería Midas que todo lo que tocara se volviera en oro? Él quería tener todo el dinero del mundo pero la pregunta es: ¿para qué? Por eso es importante preguntarnos siempre para que queremos hacer algo, porque puede ser que terminemos como el Rey Midas sin poder comer, sin el amor de quienes están a nuestro lado, sin poder gozar de la naturaleza y sin poder ser libres.

Y es que el Rey Midas moderno existe. El Rey Midas moderno es aquel que se desvive trabajando y deja de disfrutar de la vida por un centavo más en su cuenta bancaria. Vemos muchos Reyes Midas en nuestra vida, desviviéndose para darse una vida que no les gusta y que no quieren pero que de alguna forma han escogido. Existe otro tipo de Rey Midas, este Rey Midas en uno de los casos desesperados. Por vivir una vida buscando el oro pidió un favor, y este favor venía con su propia esclavitud. Pidió el favor de poder tener una tarjeta de crédito y una tasa de interés alta, pero no sabía para qué. Todo lo que tocaba su tarjeta de crédito se convertía en oro y a través de ese oro este Rey Midas era feliz. Pero cuando llegó con Dionisos a pedir que se le quitara el don que se le había dado no fue tan fácil porque este Rey Midas tenía que lidiar con las consecuencias de sus actos. Ahora tendría que trabajar para poder pagar su deuda y sería esclavo de esta deuda sin importar cuanto tiempo tomara. Si tan sólo se hubiese preguntado el ¿para qué?

Y aquí quien nos aconseja de los estoicos es Séneca, que además de ser asesor de Nerón era un excelente inversor. Tristemente, Nerón le pediría que se quitara la vida y cuenta la historia que Séneca le ofreció toda su riqueza pero al final, Nerón era distinto al Dionisos y no le perdonó la deuda fácilmente. Séneca escribió un hermoso libro llamado Sobre Beneficios que es una pieza de literatura que todos debemos de leer alguna vez en nuestra vida. Este libro le habla a cada uno de los ricos de su tiempo sobre la importancia de las deudas, sobre todo, porque él había visto a personas con mucho dinero caer en desgracia con el tiempo.

Séneca nos recuerda en este libro que el único responsable de nuestras acciones somos nosotros. Podríamos culpar a Dionisos, a los bancos, a las empresas pero la decisión de pedir el don, de utilizar el don y de no preguntarnos el costo es sólo nuestros. Si entendiéramos esto seríamos libres porque al final sería entender la importancia de la libertad.

«Entre los numerosos defectos de los que pasan su vida imprudentemente y sin la debida reflexión, mi buen amigo Liberalis, debo decir que apenas hay uno tan perjudicial para la sociedad como éste, que no sabemos ni otorgar ni recibir un beneficio. De esto se deduce que los beneficios se invierten mal, y se convierten en deudas incobrables: en estos casos es demasiado tarde para quejarse de que no se devuelvan, pues se tiraron cuando los otorgamos.” (Sobre Beneficios, Libro Uno, I)[4]

Recordemos que queremos en nuestras finanzas. Intentemos que nuestros beneficios no se conviertan en incobrables. Que los beneficios se conviertan en esclavitudes modernas escogidas por nosotros donde no tendrás libertad hasta que pagues el beneficio. Aquí es donde la palabra libertad financiera cobra su sentido. Como bien dice Séneca, es demasiado tarde para quejarse en algunos casos porque hemos utilizado lo que se nos ha dado.

Así que siéntate con una hoja y piensa para quien. Piensa en cómo se vería esta vida financiera para ti. Piensa en lo que te gusta gastar y piensa en aquello que no te gusta gastar. Piensa en lo que representa tu vida y en lo que no la representa. Bríndale identidad a tus finanzas, pero más importante tu identidad. Al final vida sólo existe una y depende de ti en como la vivirás. Si entiendes tu para qué y tu para quién entonces tus finanzas empiezan a tener sentido.

Si has vivido anteriormente para el elogio, la fama o la avaricia simplemente acepta que no sabías un mejor camino sino lo hubieras escogido. Evita estos caminos de ahora en adelante y busca un camino noble que represente una vida con los valores que tú tienes, con la visión de vida que tú tienes y con las prioridades que tu tienes. Ninguna celebridad, estrella o individuo sabrá lo que tu necesitas y no lo verás en las noticias. Cada uno de nosotros tenemos diferentes prioridades en la vida y por ello tus prioridades no serán para nada similar a las mías. Puede ser que incluso tus prioridades no sean las que socialmente se identifiquen como prioridades. Sin embargo recuerda que tú eres importante y por ser importante mereces guiar tu propia vida con la importancia y el amor que puedas darte a ti.

Para finalizar este capítulo y pasar a conversar sobre que es el dinero y que significa este, quisiera dejarte con una reflexión del libro Greenlights de Matthew Mcconaughey. En el libro, el afamado actor decide que no hará otra película de comedia romántica. El indica en el libro que recibió una oferta para actuar por 5 millones y la rechazó, le insistieron hasta pasado los 12 millones y la siguió rechazando. Él quería papeles serios en esta etapa de su vida. Habló con su esposa Camila previo a tomar la decisión y ambos accedieron a ella sabiendo que tenían que sacrificarse. Estos diez meses en los que pasó recibiendo ofertas hasta el punto de ser olvidado los narra cómo difíciles pero al final lo llevaron a ganar su primer Oscar.

La reflexión sobre ello es que usualmente estamos asustados de perseguir nuestros sueños porque estamos esclavizados a nuestro dinero. Llegarán tentaciones que nos quieran llevar a nuestra vida anterior una vez comencemos a avanzar. Sin embargo, hay que plantar los pies fuertes en el suelo y saber para qué y para quien estamos tomando nuestras decisiones. En el libro, el actor narra lo dificultoso que fueron estos diez meses que vivió entre discusiones internas y lágrimas, sin embargo siguió su sueño.

Puede ser que hoy sea tu misma posición, una posición donde dejas de aceptar los papeles de la vida y los comentarios de otros que te han llevado a las deudas y por diez meses decidirás cambiar tu vida y dejar de tomar estos papeles. Sino esperar y trabajar en crear una nueva vida que te puede llevar a un nuevo destino, un destino del cual pensaste que ya se había escapado. Aún no es tarde para comenzar.


[1] Traducido de Meditaciones de Marco Aurelio en la versión de Gregory Hays.

[2] Traducido por el autor de: https://www.youtube.com/watch?v=0fObAWQxFgk

[3] Tomado textualmente de la siguiente página debido a que es la versión más parecida a la de mi niñez: https://www.conmishijos.com/ocio-en-casa/cuentos/cuentos-infantiles/cuento-el-rey-midas.html

[4] De la versión traducida por Aubrey Stewart: https://www.gutenberg.org/files/3794/3794-h/3794-h.htm

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