Hemos definido el para qué, el para quién y el cómo. Nos ha llegado el momento de hablar sobre el dinero. Tal vez te preguntarás: ¿por qué hablar hasta ahora del dinero? Y es que todo en la vida tiene una interpretación o en la palabras de los estoicos, una perspectiva. La perspectiva, para los estoicos, era contemplar una ilusión y esta sólo podía ser disuelta de dos maneras. La primera manera siendo el utilizar la razón para apartar lo externo y poder observar la verdadera naturaleza. La segunda es ver al mundo desde un punto de vista que produzca automáticamente un cambio. Comenzaremos por la primera explicando al dinero.
El dinero, diría el expresidente de Uruguay Pepe Mujica, es tiempo. ¿Tiempo? Sí, tiempo. Si tomas en cuenta las horas que dedicas a tu trabajo y a su vez analizas que el pago de tu salario es por hora podrás concluir que el precio de la hora es el precio de tu tiempo. Creemos que nuestro salario involucra sólo las 8 horas que trabajamos diarias o las 40 horas semanales pero si lo analizas desde esta perspectiva estarías levemente equivocado. ¿Por qué? Porque tu salario sirve para cubrir tu tiempo de trabajo pero también tu tiempo de ocio. En este sentido, tu salario cubre tus 40 horas semanales más tus horas de sueño, más tus fin de semanas y otras actividades. Por ello, Pepe Mujica recordaba que el dinero es tiempo.
¿Por qué? Porque todo el dinero que existe en el mundo está a merced de alguien que ha dedicado parte de su vida a ello. Si, por ejemplo, recibes una herencia, este trabajo de tus padres que ha permitido que recibas dinero es realmente tiempo de ellos que te están regalando. Si tomas en cuenta tu ahorro, es tiempo el que estás reservando para ocasiones futuras. Por ello, cuando creas un fondo de emergencia, lo que estás haciendo es cubrir cierto tiempo en el cual crees que no podrás trabajar o probablemente no querrás trabajar. Cuando ahorras para el retiro lo que estás haciendo es comprar ese tiempo a futuro con el presente a través del ahorro. Al final, el dinero es simplemente una herramienta que es equivalente al precio de tu tiempo desarrollando una actividad.
En la oración anterior he tenido el cuidado de utilizar precio y no valor. ¿Por qué? Porque el valor es más complejo que el precio. El precio simplemente es la necesidad de elaborar un producto en cierto tiempo y a un costo en específico. El precio puede incrementarse agregando el valor que cada uno de nosotros poseemos pero eso será hasta el siguiente capítulo. Mientras llegamos a él, te pido que acompañes en esta discusión.
Si el dinero es tiempo entonces: ¿qué es una deuda? Si recuerdas de capítulos anteriores hablábamos de la importancia que Séneca les daba a las deudas llamándolas incluso esclavitud. La razón por la que Séneca vincula las deudas con esclavitud se basa en que si la idea del dinero es tiempo y una deuda es deberle dinero a una persona o institución, entonces una deuda significa que debes tu tiempo a otros. Esta definición, separando las injusticias de la esclavitud, pareciera encajar con una definición genérica de esclavitud.
Es por ello por lo que filosóficamente los estoicos les disgustan las deudas. Sobre todo porque quien es dueño de tus deudas es también dueño de tus acciones y por ende de tu libertad. Recordemos la historia de Catón el Joven, aquel militar idóneo que prefirió morir antes que ser sometido a un dictador. ¿Por qué? Porque el estoico valora profundamente la libertad y luchará por ella sin importar el costo. Claramente, el extremo de Catón el Joven no es recomendable, pero si es recomendable el evitar las deudas.
Además, ya hemos visto, que la vida es un instante. Séneca lo decía de manera más adecuada en sus Epístolas:
Vivimos un instante, incluso menos que un instante. Pero la naturaleza burla incluso este lapso trivial dándole una apariencia de mayor extensión -haciendo por una parte la infancia, otra la niñez, otra la juventud, otra la pendiente gradual (por así decirlo) de ti a la vejez, otra la vejez misma. ¡Cuántos peldaños para una subida tan corta! (Epístolas, 49,3)
Si vivimos un instante y este está dividido en tantos peldaños, ¿queremos sacrificarlos en darle nuestra vida a alguien más? Y uno pensaría que existen causas nobles por las cuales endeudarse como lo serían la salud de un hijo, la compra de una casa o comenzar una familia. Sin embargo las deudas son constituidas por una cultura de consumo como lo hemos señalado anteriormente. Tal como lo decía Tyler Durden, nos endeudamos por querer impresionar a aquellos que no merecen ni quieren ser impresionados.
La respuesta de los estoicos a esta actitud, a la actitud de querer impresionar a otros, lo llamaban los externos o las externalidades. Epíteto mencionaba que debíamos de cultivar nuestra propia facultad rectora y aplicarla a los factores externos e internos. La razón es que si nosotros no controlamos nuestros factores internos y obviamos los factores externos, es sencillo caer en el juego del orgullo. El dinero es el camino al orgullo y el orgullo sólo puede ser domesticado por la humildad.
La respuesta usual es que con exceso de dinero no habría problemas pero ya dice la frase que a más dinero más problemas. Y es que tenemos historias como la de MC Hammer, la de Nicolas Cage o Mike Tyson quienes amasaron mucho más dinero del que tu y yo creemos posible gastar y sin embargo el despilfarro y el mal manejo del dinero los llevó, no sólo a perderlo todo, sino en algunos casos a deberlo. El exceso de dinero no es la solución puesto que, como cerramos en el capítulo anterior, sólo es libre aquel que es capaz de despojarse de las riquezas.
Recuerda que debes comportarte en la vida como en una cena. ¿Te traen algo? Extiende tu mano y toma tu parte con moderación. ¿Pasa por tu lado? No lo detengas. ¿Aún no ha llegado? No extiendas tu deseo hacia él, sino que espera a que te llegue. Haz esto con respecto a los hijos, a la esposa, a los cargos públicos, a las riquezas, y al final serás un digno compañero de las fiestas de los dioses. (Enchirindion)
La frase es de Enchirindión, de Epíteto. Aquí nos enseña a manejar la vida como una cena y esto es aplicable a las riquezas. Si te encuentras en una posición de ventaja entonces vive con moderación. Mantén tus gastos en orden. Controla tu dinero. Si no ha llegado el dinero para ti, no lo detengas sino que ten la paciencia que ya llegará a ti. Esta lección también es importante porque aquellos que buscan el dinero fácil terminan perdiendo el dinero fácilmente.
Y es que el dinero, siendo tiempo, nos enseña a dosificarnos y a saber cuanto es suficiente. Existen momentos en la vida donde hemos trabajado mucho más de lo que consideramos nosotros que debemos haber trabajado y otros tiempos donde tenemos que marcar un límite y decir: suficiente. Ya vimos que el Rey Midas no encontraba suficiente oro en el mundo y esto lo llevó a un gran sacrificio. Así mismo sucede con el orgullo, llega un momento donde perdemos el norte y vivimos una vida que no es nuestra. ¿A que costo? Al costo de tu propio tiempo y de tu vida que es un instante. Pregúntate: ¿Te gustaría ser libre con poco o esclavo con mucho? La respuesta determina tu caminar en la vida.
Por ello debes de pensar en que es lo que buscas en la vida como lo hemos hecho en el capítulo anterior. Esto porque al final, tendrás que decidir cuál es el mejor uso de tu tiempo. Tal vez quieras trabajar 80 horas, tal vez quieras dedicarles tiempo a tus hijos, tal vez quieras jugar con tu perro o tal vez quieras ver una serie tras otra. Cualquiera que sea tu razón, es tu tiempo el que estás utilizando y al final es lo que tus ingresos pueden comprarte.
Así que si creías que ese nuevo vestido, esa nueva camisa, ese nuevo aparto comprado a cuotas no es nocivo para tu vida, piénsalo de nuevo. Cada cuota es un mes más de esclavitud. ¿Estás de acuerdo a asumirlo? La respuesta depende de ti, pero piensa que es probable que puedas cambiar y tener un efecto distinto tu vida, una forma de tener control. Una manera es ahorrar lo suficiente para que no tengas que endeudarte por ese vestido, esa nueva camisa o ese nuevo aparato. Tal vez este ejemplo es demasiado abstracto así que pasaremos a un ejemplo práctico.
Imaginemos que tienes un salario de USD 1,000. Asumes que tu salario por hora es equivalente a esos USD 1,000 divididos en las 160 horas laborales de un mes. Lo anterior equivaldría a un pago por hora de USD 6.25. Sin embargo la realidad es distinta dado que son 720 horas las que tienes de vida en un mes y si lo dividimos entre tu salario es equivalente a USD 1.39. Así que tu salario, que como hemos señalado anteriormente compra tu sueño, compra tu ocio, compra tus actividades y tu tiempo de trabajo equivale a USD 1.39.
Asumamos que quieres comprar un aparato de USD 100. Esto significa que tendrás que dedicar USD 71.94 horas de tu vida a poder comprar dicho objeto. Ahora bien, puedes verlo como una inversión si el aparato te ayudará a producir más ingresos con tu tiempo o puedes considerarlo un gasto si este te costará tiempo. Claro, el caso anterior es pensando que lo has comprado en efectivo.
Ahora, ¿qué pasa si lo compras con deuda? El resultado es que debes 71.94 horas de tu vida o lo que es aproximadamente 3 días. Por un aparato de USD 100 estás dispuesto a sacrificar 3 días. ¿Vale la pena? Esto depende de ti. Tu eres el único que sabe si ese gasto de 3 días es lo suficiente para poder justificar los 3 días. A lo anterior no le hemos agregado uno de los factores que juega a favor o en contra y es la tasa de interés.
Si el dinero es tiempo, la tasa de interés es un amplificador. La tasa de interés puede funcionar a favor o en contra. La manera en que funciona a favor es cuando decides ahorrar tu dinero y este te da intereses. Asumamos que decides invertir USD 100 a una tasa mensual del 4%. Lo anterior significa que tendrás el primer mes USD 104, el segundo mes tendrás USD 108.16 y el tercer mes USD 112,48. La tasa de interés te está dando tiempo y esto es lo maravilloso de la inversión (tema que trataremos en futuros capítulos). La pregunta es que sucede cuando es inverso.
Asumamos que debes USD 100 y no los puedes pagar. En tres meses esta deuda ha aumentado en USD 12.48. Si tomamos el dato del costo por hora, hemos perdido aproximadamente 9 horas de nuestra vida. ¡9 horas! Sólo por no poder pagar una deuda a tiempo. Ahora pensemos que las tasas de interés pueden comenzar desde el 7% pero que estas pueden llegar a un 90%. Imagínate, en el peor de los casos tu deuda podría crecer hasta que se vuelve incontrolable. Te dirás a ti mismo que esto es imposible que pase pero la realidad es cruda, y pasa mucho más a menudo de lo que crees. Las deudas de tarjeta de crédito es uno de los malestares económicos más grandes a los cuales nos enfrentamos.
Por ejemplo, para el año 2017, el ciudadano de Estados Unidos tenía un promedio de 2.69 tarjetas por persona. En un estudio del 2019, la cantidad de tarjetas por persona aumentaron a 4. La deuda de tarjetas de crédito para el primer cuarto del 2020 fue equivalente a USD 893 miles de millones y para el 2021 disminuyó a USD 860 miles de millones. Lo anterior mostraba que aproximadamente un 95% de los adultos de dicho país tienen una tarjeta de crédito abierta y que el promedio de deuda en una tarjeta de crédito es equivalente a USD 5,221.
Pero ¿cuánto es 860 miles de millones? Para tener una idea, la Unión Europea acordó en un estímulo por este número para poder estabilizar el impacto del Covid-19 para las economías del sur. Es decir que es suficiente dinero para poder ayudar a varios países.
Así que nos encontramos en una vorágine de deudas. Estamos endeudados hasta los dientes. Lo anterior nos obliga a preguntarnos: ¿con qué propósito? Y como vimos, no toda deuda es similar, y no toda deuda es negativa. Lo que sucede es que lastimosamente no nos estamos endeudando por un activo como lo es una casa sino que por unos zapatos que probablemente a la primera mancha ya no valdrán ni la mitad de lo que valían.
Por eso es por lo que impresiona la práctica de Warren Buffet de utilizar cupones, de comprar carros de segunda mano, de vivir en la misma casa desde hace ya varios años o de comer económicamente. Porque no es la cantidad de dinero, no es el objetivo ilógico de ser millonario, sino que va más allá. El cuidar nuestras finanzas es realmente buscar y proteger nuestra propia libertad. Pregúntate: ¿Cuántas personas han sacrificado su libertad por deudas? Y peor aún: ¿cuántas personas han sacrificado su libertad y la libertad de otros por deudas? Al final, todo es cuestión de perspectiva y espero este argumento racional sea suficiente para pensar tu vida y dejar los caminos equivocados de las deudas. Que sirva para fundamentar tu para qué, que pueda ayudarte de la mejor manera a encaminarte financieramente y a darte cuenta de que tu tiempo es valioso porque tu eres valioso.
Sin embargo, asumamos que no es el caso. Que para ti la libertad es un concepto capitalista que no debe de ser abordado. Entonces pasemos a la segunda opción de los estoicos, a conversar sobre un punto de vida que pueda automáticamente cambiarte tu visión.
Regresemos al ejemplo de los miles de millones que se utilizaron para poder hacerle frente al Covid-19 en varios países y ahora pensemos en el impacto que podría tener en la vida de otros, en la vida de los menos afortunados, la cantidad de dinero que despilfarramos. Imaginemos que las deudas pudiesen haberse utilizado para hacerte crecer a ti financieramente y hacer crecer a otros. Imaginemos que tus deudas en lugar de deudas se pudieran haber convertido en una empresa que diera trabajo a cinco, diez, quince o veinte personas. Imaginemos que decides pagarle más de lo mínimo a dichas personas y eso les es suficiente para que su familia al igual que ellos puedan crecer. Imaginemos que a través de tu empresa y tus salarios puedes también brindar felicidad a cada uno de los trabajadores y les ayudas en su propósito de vida. ¿Tal vez este no es tu camino?
Pensemos en otro escenario. Pensemos en que decides ahorrar el 10% de tu salario para ayudar a otros. Pensemos en que esto se acumula para que sea lo suficiente como para construir un pozo para una comunidad que no tiene agua. Pensemos que tu ejemplo inspira a otros y deciden que el mejor camino es el de hacer una fundación para ayudar a gente que no tiene acceso al agua. Luego tu 10% y el 10% de las personas que crean en tu misión se convierten en oportunidades hacia otros. Tu propio tiempo puede convertirse en beneficio, en crecimiento y en tiempo de vida a otros. Te imaginas lo que puedes lograr con un buen manejo del dinero.
Y es que no todos nuestros sueños tienen que terminar con ser millonarios. Imaginemos que pueden ayudar a la vida del prójimo, que podemos mejorar nuestra vida una persona a la vez. Esto es lo que nos dirían los estoicos sobre un cambio automático. Yo a veces me siento y me pongo a pensar en que pasaría si todos pusiéramos de nuestros ahorros para ayudar al prójimo. Probablemente el mundo sería un lugar distinto.
Así que tienes las dos visiones para romper tu ilusión del dinero y de las deudas. Ahora que sabes que el dinero es tiempo la pregunta recae en: ¿Qué quieres hacer? Tomarás la decisión de utilizar tu dinero de la mejor manera posible o lo que harás es dejarlo ir entre tus manos o peor aún, darle el tiempo de esta vida que es un instante a alguien más. Tú decides, tú eres responsable de tu vida, tu eres el único que puede hacer un cambio si así lo desea.
Por esto es por lo que ahorramos, por esto es por lo que no gastamos en aquello que no necesitamos o no queremos, por esto es por lo que invertimos. No es por ser un aguafiestas, no es por invitarte a vivir una vida en harapos y sufrimiento sino que vivas con libertad y sin sacrificar la libertad que es lo más preciado que tienes.
Porque creo que hay que ponerle la tapa a la discusión que el dinero es la raíz de todos los males. Porque se los olvida que en la Primera de Timoteo 6:10 lo que dice es que el amor al dinero es la raíz de todos los males y esto ha sido eliminado del contexto. Igual que cuando se menciona que más fácil pasa un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos. Lo que quiere decirnos la Biblia es que estemos dispuestos a hacer el bien a pesar del dinero. Esta idea reflejada también en los estoicos nos invita a hacer el bien sin pensar en el retorno financiero de hacer el bien, porque la verdad este retorno no es de precio sino de valor.
Así que en resumen, el dinero es una herramienta que refleja el tiempo dedicado a una actividad y podemos utilizarlo a través de la inversión y la tasa de interés en tener más tiempo para diversas actividades o en su defecto podemos endeudarlo a una tasa de interés y así perder el tiempo de nuestra vida. Recordemos que no es el dinero el malo o el bueno, sino que es una herramienta con puede ser un cuchillo que nos ayuda a cortar una manzana pero que también puede cortarnos la yema de un dedo. Todo depende de quién lo usa y como el cuchillo, se necesita saber cómo utilizarlo.
En este sentido, esto marca un antes y un después en el libro. Aquí comenzaremos a utilizar ejemplos financieros y filosofía para mejorar tu toma de decisiones. Comenzaremos a desmitificar cada uno de los mitos que tienen que ver con el dinero y llevarte de la mano a decisiones que puedan ayudarte a ser mejor y hacer el bien. Al final, esto debería ser el propósito de la libertad financiera, el que puedas vivir una vida mejor. Esa vida mejor que los estoicos tanto buscaban. Epíteto lo explicaba de manera sencilla:
Si puedes ganar dinero permaneciendo honesto, confiable y digno, por supuesto hazlo. Pero no tienes que ganar dinero si tienes que comprometer tu integridad.
Es aquí donde la discusión del dinero, si este es bueno o malo, se pierde al comprometer la integridad. Cuantos casos hemos visto en Latinoamérica de corrupción. Cuántas veces hemos escuchado de una persona que lo tenía todo pero por orgullo o avaricia decide ir por más y como sucede a veces, el bocado es más grande de lo que podemos tragar.
El dinero como el poder demuestra lo que realmente está dentro de nosotros. Es un gran revelador de nuestra propia naturaleza y por ende de nuestras propias acciones. Para evitar la corrupción de todo tipo los estoicos fundamentaban sus ideas en cuatro pilares importantes que representaban su ética y que constituían la virtud:
- Sabiduría
- Justicia
- Coraje
- Moderación
En la presente meditación lo idóneo es evocar a la moderación. Séneca mencionaba que existen placeres que luego de cierto límite se convierten en castigos y es la historia usual de las deudas y del mal manejo de dinero. Al principio se comienza con una fiesta y luego termina con la resaca. La moderación parte de la humildad de la persona de aceptar sus propias limitaciones frente a las tentaciones. Es la capacidad de medirse ante aquello que sabe que lo puede desviar de su camino del bien. La similitud con la discusión de la corrupción del alma, cuerpo y espíritu por dinero se encuentra lejana a la discusión sobre la moderación.
Así que recuerda que el dinero no es más que una herramienta para apoyarte en el camino hacia la libertad pero también hacia su perdición y que recae en uno el camino que tomemos. Así que no juzgues al dinero como un corruptor de la persona sino que medita en tus acciones y su reflejo en el dinero.